Carolina

Carolina

Por: Jorge Medranda

Era una noche fría de Quito en 2008. En mi trabajo como coordinador de la Patrulla Legal del Proyecto Transgénero, brindábamos apoyo a las personas que ejercían trabajo sexual callejizado. Mi recorrido me llevó a una esquina en donde conversaban dos mujeres trans a las que ya conocía. Una de ellas era Carolina. Conversé y ambas informaron que la noche estaba “floja” y que retornarían al lugar donde vivían.

Las horas pasaron y una fuerte lluvia alejó a todas las personas de la calle por varias horas. Debía cumplir todo el recorrido a pesar de que ya no había nadie. En una pasada final por el sector de la Mariscal, vi a una persona que súbitamente cayó al piso frente a puerta. Parecía una mujer. Era una mujer conocida: Carolina. La lluvia era muy fuerte, la recogí y la subí al auto con la intención de llevarla a un hospital. No entendí lo que ocurría. Ella despertó y me dijo que la llevara a su casa, que estos episodios de enfermedad eran frecuentes y allá estaría mejor.

Subimos a lo alto de un barrio al pie del Pichincha, donde ya casi no habían vías. Seguía lloviendo fuertemente. No podía caminar bien. Pudimos alcanzar su casa con dificultad, un espacio humilde y frío. Allí la recibió una amiga. Volví a mi ruta y luego a casa.

Foto tomada de Instagram de Nueva Coccinelle: https://www.instagram.com/p/CjCP5cLOL4S/

Unos meses después la volví a ver. Ambos pasábamos la incertidumbre de la enfermedad. Ella como paciente y yo como pareja de Javier, que agonizaba a causa del VIH. Me brindó apoyo en esos momentos de mucho dolor. Un par de días después nos despediríamos con un abrazo. Ella continuó y salió adelante. Yo lloraría la muerte de mi amor.

Tras varios años sin vernos, la volví a encontrar en las filas del activismo Trans otra vez. Cariñosa como siempre averiguó sobre mi estado anímico. En 2019, tuve la oportunidad de acercar apoyo a ella y alguna de sus compañeras desde Diálogo Diverso a través del programa Mi Casa Fuera de Casa en Quito, mientras ejercía mi función dentro del Área de Trabajo Social. Este reencuentro fue muy bonito. Hace unos días la vi en una convocatoria del Estado por los derechos LGBTIQ+ y el próximo Censo de Población donde, por primera vez, se incluirán preguntas sobre la variable sexo-genérica. Nos abrazamos.

La recuerdo como una gran luchadora desde su mismo ser. Vivir era su lucha. Ser una mujer Trans en Ecuador y todos los lugares es complejo y, muchas veces, triste. Verse obligada al trabajo sexual callejizado, convivir con la violencia lejos de una familia, casi siempre sola, no tener ninguna oportunidad de ser feliz, era su destino. Es el destino de muchas mujeres Trans desde niñas. Carolina murió ayer. Sus compañerxs y amigxs lo sentimos con dolor, no por esta transición en sí, sino por todo lo que tuvo que pasar al igual que muchas personas LGBTIQ+ que viven en los márgenes por ser quienes son.

Foto tomada de Instagram de Nueva Coccinelle: https://www.instagram.com/p/CdbJpHmLqoz/

No, no quiero ser pesimista. Es lo que por ahora tenemos. No quiero más tristeza. Quiero ver a todas las personas Trans vivir como ciudadanas. La sociedad debe alejarse de la heteronorma, el prejuicio y la violencia. Hace falta una ley Trans, por supuesto, sin embargo es imperativo ser sensible al respeto que todxs nos merecemos como seres humanxs.

Abrazos amiga en donde quiera que te encuentres ahora. Ojalá por fin puedas encontrar la felicidad.