Por: Iván Salinas. Especialista en incidencia de Diálogo Diverso

Como todos los años, el 1° de diciembre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el VIH y Sida, con el objetivo de avanzar en el trabajo de informar, concientizar y desestigmatizar. Este año las cifras son preocupantes, se detectaron más de dos mil casos confirmados de VIH.

Según consignó la Organización Mundial de la Salud en 2023, el Sida, producto de no abordar el VIH de manera temprana, sigue siendo uno de los principales problemas para la salud pública a nivel global. Hasta la actualidad, entre 32.9 y 51.3 millones de personas han fallecido en todo el mundo y, aproximadamente, 6 millones convivían con VIH y desconocían su estado.

Según ONU Sida, el 53% de las personas que conviven con VIH en el mundo son mujeres y niñas. Organización que también lidera la “Estrategia mundial contra el Sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el Sida”, un plan que busca subsanar las carencias que impiden el progreso para poner fin a la epidemia del Sida.

En muchos de los países de Latinoamérica las cifras también son preocupantes. Desde la institucionalidad no gubernamental indicaron que, hasta el 30 de junio, se detectaron 2.000 casos confirmados de VIH. Temenos una cifra en alzas. Lo más preocupante es la ausencia de política públicas, la ausencia de educación sexual, el incremento de embarazos adolescentes; realidad dramática en Ecuador.

Desde distintas organizaciones que trabajan en la problemática del VIH, organizaciones con años de trayectoria en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, se señala que “no hay que detenerse en el asombro o la preocupación por estas cifras, más bien es importante trabajar para que existan más iniciativas que pongan a los derechos sexuales, el mejoramiento de la calidad de vida de las personas que viven con VIH, como así mismo el tema del embarazo adolescente, educación sexual a nuestros jóvenes es una tarea primordial y derechos reproductivos como una tarea urgente” (ONUSIDA, 2023).

Además, agregaron que es primordial “avanzar hacia políticas de educación integral de la sexualidad, para que las personas puedan conocer, informarse y acceder a servicios de salud donde estos temas sean abordados de manera respetuosa, explicativa, inclusiva, adecuada a la etapa de la vida y libre de discriminación y estigma”.

Es fundamental que la información sobre el VIH traiga consigo el acceso a servicios relacionados, ya que es vital poder conocer el estado serológico de las personas para poder actuar tempranamente ante el diagnóstico.

En este sentido, algunas organizaciones de la sociedad civil cuentan con servicios de salud, tales como detección de anticuerpos contra el VIH,  consejería sobre esta temática, pruebas de PrEp, tal es el caso de Kimirina en Ecuador.

Desde Dialogo Diverso nos hemos planteado un conjunto de actividades que nos han permitido profundizar  y establecer acciones en beneficio de las personas LGBTIQ+ migrantes y en condiciones de movilidad forzada: atención psicológica, promoción de acciones de medios de vida, atención médica, participación en un conjunto de ferias e iniciativas de promoción y prevención del VIH – SIDA, campañas de comunicación para romper estigmas y discriminación denominada “hablemos en positivo”. También, se ha promovido la entrega de kits de salud sexual y reproductiva.

El desafío que se nos plantea hoy, a Dialogo Diverso, definitivamente empieza por el fortalecimiento de los sistemas de prevención en VIH y otras ITS con enfoque de derechos humanos y género. Lastimosamente, debido a las LGBTIQfobias internalizadas y el estrés de minorías, mucha de la población se encuentra inmersa en prácticas y conductas que ponen en riesgo su vida como es no usar preservativo. Por eso también es importante tener un enfoque de salud que considere los factores de riesgo,  protección y prácticas afirmativas.